
El cantante brasileño celebra 20 años de carrera con un sonido diferente al de sus discos anteriores
Coincidiendo con 20 años desde el lanzamiento de su primer disco, Carlinhos Brown ha decidido cambiar el tono festivo característico de sus canciones por uno más romántico. Con su más reciente material, Artefireaccua, el cantante brasileño afirma que trata de “incinerar su propio infierno”, expresión que él mismo explica como “una forma de descubrir cosas nuevas, para salir de la extrema comercialización que la música tiene actualmente”. En su paso por España, donde ha presentado sus nuevas melodías en Getafe y A Coruña, ha asegurado que no le interesa la fama, sino dar un mensaje.
Con dos décadas recorridas como cantante y un poco más como compositor, Carlinhos Brown se permite el lujo de hacer prácticamente lo que le viene en gana con su música, sin preocuparse por alcanzar el éxito comercial. “Quiero colaborar más con el mundo y menos conmigo. Ya he llegado a una situación cómoda en mi vida, querer más sería ambicioso por mi parte”, explica el intérprete, quien en su último material deja de lado el sonido de carnaval que le ha valido cuatro Grammy Latinos y más de 80 reconocimientos. “Siempre quise hacer temas de amor, pero por mi aspecto y por tocar las percusiones las oportunidades eran para hacer música más bailable”.
Su primer sencillo, Dois grudados, es una de estas baladas —y su favorita de este disco—. Una canción para la que invitó al músico y poeta brasileño Arnaldo Antunes a recitar unos versos sobre la figura de la mujer en el mundo. “La mujer no es respetada actualmente y yo creo que el matriarcado puede ser la redención de nuestro pensamiento, porque el pensamiento masculino está agotado”, dice Brown, que revela que con Artefireaccua ha llegado a asumir verdaderamente su papel de compositor.
Para el originario de Salvador de Bahía, el modelo de hacer música “está agotado”. Critica que a pesar de que es cada vez más comercial, los músicos tienen que salir a la calle y ver su trabajo como un movimiento y no como una profesión. Estas razones lo han hecho tener otra visión. Ahora quiere explorar otros caminos, como la docencia y la pintura. En Brasil es también coach en La Voz y La Voz Kids: “Estoy muy satisfecho a los 54 años de estar haciendo estas cosas. Creo que puedo colaborar más educando niños”.
A pesar de todo, Carlinhos Brown no se ha planteado dejar la música, sino más bien utilizarla como un medio para arreglar las cosas que critica. “Al final la música cura, como la medicina cura. Sería un desastre gigante para el mundo que la gente dejara de hacer música”, sentencia.
Fuente «El País»